puente

Amanecí sin ánimo hoy, lo que últimamente se está haciendo muy común en mí, pero seguí con mi rutina; me vestí, comí algo y salí de mi casa al trabajo. Cruzando el río no se lo que me pasó, estando ahí parada sobre el puente sentí unas repentinas ganas de lanzarme, era una atracción incontenible, sensación que por cierto, ya había experimentado. La verdad es que hacía varias semanas cada vez que pasaba por ahí las ganas de lanzarme aumentaban, sin embargo cuando lograba contenerme olvidaba por completo el episodio hasta el día siguiente. Creo que existe una fuerza superior incitándome a lanzarme; siempre tengo la impresión de que alguien me llama por mi nombre, diciéndome que no pertenezco a este mundo, que allá abajo seré más feliz... ¿abajo? ¿Habrá algo más debajo de esa corriente? , quien sabe pero las posibilidades de estar creando una ilusión, solo para reafirmar esa sensación de no pertenencia a este mundo real son altas, aunque la verdad no se si es solo una ilusión. Sin que lo notara el viento despeja mi mente, me desparalizó y sigo. Hago un día normal, la única diferencia es que me acuerdo de lo que pasó en el puente…no deje de extrañarme. Amanece otra vez y empiezo todo de nuevo, hago mi trayecto rutinario, pero al llegar al puente no se si cruzar, finalmente me animo, debo superar esta especie de trauma. Casi en la mitad siento que algo me atrae y deja mis piernas inmóviles. Intento mirar a todos lados, pero no hay nadie. Repentinamente oigo un susurro, es la misma voz de siempre, solo que esta vez está detrás mío. Lentamente una figura aparece en frente de mí, es un hombre muy alto, de pelo negro, más bien delgado, de ojos profundos y un largo abrigo negro. Me abraza y suavemente me pide que vuelva con él, a casa. Se supone que si un ser extraño hace eso uno se espanta y tiende a arrancar, pero con él era diferente, me daba una inusitada confianza, como si hubiese existido siempre en mi vida. Extrañamente hice caso y decidida le tome la mano y me lancé al vacío con él.